La sede del Parlamento autonómico ha sido escenario este viernes del acto conmemorativo del V Centenario del Movimiento Comunero ‘El legado de las Comunidades 1521-2021’, organizado por la Fundación de Castilla y León junto a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, representada en Valladolid por 15 de sus miembros. El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha clausurado una cita en la que Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, Benigno Pendás y Salvador Rus han protagonizado tres intervenciones académicas en torno al tema.
El presidente del Parlamento autonómico y de la Fundación de Castilla y León, Luis Fuentes, ha subrayado hoy el importante papel desempeñado por las Cortes en el marco de la rebelión comunera, tiempo en el que su institución fundamental, la Santa Junta, se convirtió en el pilar sobre el que se construyó el proyecto liderado, entre otros muchos hombres y mujeres, por Padilla, Bravo y Maldonado.
“Podemos decir que las Cortes fueron el fundamento sobre el que se construyó todo el proyecto político de las Comunidades. Los comuneros querían que el gobierno del reino fuera una monarquía templada y controlada por la institución en la que residía la soberanía, es decir, las Cortes”, ha defendido Fuentes, quien ha precisado que ante la situación de la reina Juana y del propio Carlos V, las Cortes asumieron el poder regio y las funciones propias del poder ejecutivo.
En este escenario, el instrumento fundamental para garantizar un buen gobierno era el pacto ya que este “aseguraba al pueblo la libertad de decidir”, aspecto de especial relevancia para los líderes y los seguidores del movimiento, que defendían un régimen político representativo que “garantizara el ejercicio de las libertades”, según el presidente del Parlamento autonómico.
Por tanto, el pacto perseguía restaurar, por una parte, la concordia entre todos los habitantes del Reino y, por otra, el respeto a la ley y la fidelidad a la tradición, ha continuado Fuentes, quien ha recordado que ese acuerdo limitaba además al rey el ejercicio de su poder y perseguía que el monarca se ocupase de la protección a los súbditos, de la conservación del Reino y de la dirección de la comunidad.
“A cambio, los súbditos servirían con lealtad y devoción al rey”, ha explicado después de recordar que en ningún caso el movimiento comunero cuestionó la forma de gobierno monárquica, sino el modo de ejercer el poder por parte del rey, quien concebía su responsabilidad de gobierno como el cumplimiento de sus deseos y exigía un apoyo incondicional a sus proyectos “porque entendía que era depositario del poder e imponía su autoridad”.
Frente a esta visión, los líderes de Las Comunidades creían que el monarca reinaba “mediante un pacto callado con el pueblo” en el que su poder estaba acotado, de modo que se garantizaba la libertad de los súbditos del rey y su participación en el gobierno de la comunidad.
LA NOBLEZA LIDERÓ Y EL PUEBLO SOSTUVO
Considerada por algunos expertos como la “primera revolución moderna”, la rebelión armada de Las Comunidades fue encabezada por la nobleza urbana con la complicidad del pueblo, que “empujó y sostuvo el movimiento”. El desenlace de aquel proceso histórico, que según ha puntualizado Fuentes fue “tan importante como decisivo” para la configuración de la España moderna, respondió a la falta de una vía legal en la que los comuneros pudieran justificar su levantamiento contra el poder establecido.
Luis Fuentes, quien ha defendido la importancia de realizar un nuevo balance de este movimiento social y político, 500 años después, con el fin de recordarlo y difundirlo, ha dado la bienvenida al acto, que ha sido clausurado por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, quien ha subrayado la vigencia del ideario comunero, recogido en Ley Perpetua de Ávila, de la que distintos autores han destacado su sensatez, estabilidad y aplomo, ha precisado.
En esta línea, Mañueco se ha referido al carácter precursor de algunas de las tesis recogidas en la Ley Perpetua, como la separación de poderes, el protagonismo de las Cortes democráticas, es decir, elegidas por los ciudadanos, y la exigencia de la libertad y la igualdad de todos “en la defensa del común”. “El legado de los comuneros no se extinguió con su vida, entonces amaneció para el futuro”, ha concluido el presidente del Ejecutivo regional.
CONTRIBUCIONES ACADÉMICAS
La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas ha celebrado hoy su “hito más importante” fuera de Madrid, según lo ha reconocido su presidente, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, en presencia de los académicos Fernando Suárez González, Juan Díez Nicolás, Helio Carpintero Capell, Gregorio Robles Morchón, Andrés Ollero Tassara, Araceli Mangas, Ramón Tamames, Adela Cortina, Fernando Vallespín, Francesc de Carreras Serra, Marcelino Oreja, Rodolfo Martín Villa y Pablo Lucas Murillo de la Cueva, así como del vicepresidente de la institución, Benigno Pendás.
Pendás ha sido, precisamente, quien ha abierto el apartado dedicado a las ponencias con una breve intervención en la que, en primer término, ha ensalzado tanto el discurso expositivo de la muestra ‘Comuneros: 500 años’, que ha calificado de “impecable” por su rigor y objetividad, además de “enormemente atractivo desde el punto de vista artístico”, como la relevancia de otras actividades desarrolladas en torno a la conmemoración, entre ellas la publicación monográfica realizada por Revista de Occidente.
Ya en relación con el tema de la conmemoración, ha recalcado que la derrota del Movimiento Comunero, que enarboló un discurso “moderno”, no fue vana porque Carlos V “aprendió la lección”. A continuación, ha tomado la palabra el comisario del proyecto ‘El tiempo de la libertad. Comuneros V Centenario’, Salvador Rus, quien ha destacado que Carlos V fue quien unificó las dos Coronas, la de Castilla y la de Aragón, en un solo reino. El hecho de que años después, en 1555, en el momento de las abdicaciones, el emperador reconociera que esa unión era imposible supuso, según Rus, el reconocimiento de que los comuneros tenían razón.
“Las ideas no mueren en un patíbulo, traspasan la línea del tiempo”, ha aseverado el comisario del proyecto, quien por ello ha afirmado que, en el año 1555, los comuneros “vencieron y convencieron”.
Por su parte, el presidente de la Academia, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, se ha referido a las distintas interpretaciones hechas sobre la rebelión comunera hasta el siglo XX y, en esta línea, ha abogado por integrar todos los episodios de la vida de España “en una versión positiva”. “Para los británicos, todos son heroicos y deberíamos hacer lo mismo”, ha defendido antes de incidir en que la historia de España no es “una oposición” entre dos partes, distintas en cada momento, sino “una historia integral”.